viernes, 10 de septiembre de 2010

Asimov y las tres leyes de la robótica



  1. Un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño.
  2. Un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano, excepto si estas órdenes entran en conflicto con la Primera Ley.
  3. Un robot debe proteger su propia existencia, hasta donde esta protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.

A partir de estas tres leyes Asimov pudo trazar un universo literario. Y qué gran universo.

No es que sea mi escritor favorito, pero me llama mucho la atención la serie de los robots, y su manera de desarrollar la trama basándose en las tres leyes. También es cierto que alimentaba la chimenea con relatos, y a veces la cantidad supera a la calidad literaria. 

Es como un matemático aplicando un teorema a diversos problemas. 

Esta entrada es un poco floja, pero no puedo hacer otra cosa hasta que lea alguna otra novela. Ahora me doy cuenta de la sensación que dejan las novelas de Dick. Asimov es un gran escritor, uno de los tres pilares de la Ciencia Ficción junto con Clarke y Heinlein, pero la profundidad, la abstracción de Dick, son verdaderamente abrumadoras. Dignas de abrir la mente. Dick crea escritores, estoy segura.

Como apunte, me gustaría añadir que hace poco estuve leyendo Estación de tránsito, de Clifford D. Simak, al parecer un buen amigo de Asimov, y me llamó la atención porque él fue el que se sacó de la manga un tipo de Ciencia Ficción muy curioso: la Ciencia Ficción pastoral. Por lo visto está muy enriquecida con descripciones de paisajes rurales. Hay tantas maneras de llevar la Ciencia Ficción a la novela...

Sin más, espero que aparezca algún comentario de vez en cuando. 


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Lo único que no soporto son las faltas de ortografía, así que puedes poner a parir al mismísimo Asimov mientras lo escribas bien.